Por: Michelle J. Olvera
La caza furtiva es cuando se sustraen ilegalmente animales de sus hábitats. Esta amenaza con la extinción de muchas especies.
Los cazadores furtivos matan o capturan animales para venderlos de manera local o para el comercio mundial de especies silvestres.
Este tipo de comercio constituye un importante mercado negro que no hace más que aumentar sobre todo en la región de Asia, quienes cuentan con un gran consumo de fauna silvestre.
Animales como los pájaros, los réptiles y los primates, se capturan vivos para conservarlos o venderlos como mascotas exóticas.
Por otro lado, los animales muertos tienen un valor comercial como alimento, joyería, decoración o medicina tradicional.
"Además de matar por beneficio directo o económico, los cazadores furtivos atacan a los animales para evitar que estos destruyan los cultivos o se abalancen sobre el ganado, lo que pasa con animales como los lobos, coyotes y otros depredadores."
La caza furtiva tiene consecuencias aniquiladoras para la vida silvestre. Es una de las razones principales por la que algunos animales se enfrentan al peligro de extinción, como el elefante africano, del que mataron más de 100,000 ejemplares entre 2014 y 2017 para obtener marfil.
Además, la caza furtiva también tiene un impacto negativo y perjudicial para las personas. Tan sólo en África, casi 600 guardias forestales han sido abatidos por cazadores furtivos en el periodo de 2009 a 2016 mientras cumplían con su deber.
La caza furtiva también se ha relacionado a otras actividades ilícitas como la corrupción y el lavado de dinero.
"El furtivismo se ha convertido en un problema que afecta a toda clase de fauna y puede provocar desequilibrios en las especies y los ecosistemas si es masivo, genera inseguridad ciudadana y es uno de los delitos más complicados de detectar y erradicar."
Actualmente los cazadores furtivos hacen uso de técnicas y materiales de un nivel militar.
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